Pinturas rupestres en la Cueva de la Serreta situada en el Cañón de Almadenes [Río Segura]
Pinturas rupestres en la Cueva de la Serreta situada en el Cañón de Almadenes
Cipo Funerario de los Jinetes Ibéricos Coimbra del Barranco Ancho [Jumilla-Historia]
Cipo Funerario de los Jinetes Ibéricos Coimbra del Barranco Ancho

Paleolítico y Neolítico

     Aunque en los últimos años se han podido recuperar algunas evidencias que ponen de manifiesto la presencia humana en la Región, al menos desde hace 300.000 años, los restos son más abundantes en el Paleolítico Medio o Musteriense (100.000-32.000 a.C.), cuando el tipo humano predominante era el hombre de Neandertal, hallado en el Cabezo Gordo (Torre Pacheco) o en La Encarnación (Caravaca). En los últimos años han aparecido importantes vestigios de arte rupestre del Paleolítico Superior en Cieza en tres cavidades denominadas Cueva de Jorge, Cueva de las Cabras y el Conjunto Ar. I y II.

     Asimismo, la Región de Murcia constituye una de las áreas más privilegiadas de la Península en manifestaciones de arte rupestre postpaleolítico, cuyas estaciones se encuentran distribuidas casi por toda la Región, desde los conjuntos de Monte Arabí (Yecla) hasta los de la Comarca del Noroeste, destacando entre todos los de Cantos de Visera (Yecla), Paradores, el Mojao y Tío Labrador (Lorca), el Peliciego, Canto Blanco, el Buen Aire y la Calesica (Jumilla), el Barranco de los Grajos, los Pucheros, las Enredaderas y la Cueva-sima de la Serreta (Cieza), el Calar de la Santa y la Fuente del Sabuco (El Sabinar), Peña Rubia (Cehegín), el Pozo (Calasparra), la Risca, Abrigo de la Fuente, Molino Capel y Andragulla (Moratalla), la Higuera (Isla Plana) y el Milano y Cejo Cortado (Mula).

     También son abundantes las manifestaciones del Neolítico. Mediado el III milenio a.C., las técnicas agrícolas y ganaderas se extendieron ampliamente por toda nuestra Región, favoreciendo un proceso de sedentarización que se centraría, sobre todo, en los fértiles territorios de sus cuencas fluviales (Guadalentín, Quípar, Mula, Segura). El denominado arte levantino tiene en la Región de Murcia una rica, variada y notable representación: el Abrigo de los Grajos de Cieza, la Peña Rubia de Cehegín y el Abrigo de Domingo en Moratalla.

Calcolítico y Cultura de El Argar

     El poblamiento calcolítico de Murcia, plenamente sedenterizado, responde a una ocupación mucho más selectiva del territorio, ya que los asentamientos, en los que se aprecia un modelo de vida agropecuario plenamente desarrollado, se sitúan en zonas bien comunicadas, generalmente aptas para el laboreo agrícola, cercanas a cursos de agua, a veces a yacimientos de mineral de cobre y a zonas de pasto y caza. De entre estos asentamientos podemos destacar: Campico de Lébor (Totana), el Cabezo del Plomo (Mazarrón), el Cerro de la Salud (Lorca), el Cerro de las Víboras de Bajil (Moratalla), Murviedro y el Capitán (Lorca), el Prado (Jumilla) o las Amoladeras (Cabo de Palos)

     Durante la Edad de Bronce, la cultura de El Argar (que recibe su nombre de un importante poblado de Almería) monopoliza en Murcia casi todo el periodo, hasta el Bronce Final. Su duración puede encuadrarse a lo largo de casi todo el II milenio a.C., entre 2000 y 1250, aproximadamente. La gente de la cultura de El Argar vivía en poblados situados en posiciones estratégicas, dominando tierras de cultivo y de pastos o zonas de minería (como la Bastida de Totana, el Rincón de Almendricos de Lorca o el cerro de las Víboras de Bajil en Moratalla).

El Mundo Ibérico

     Llegada a su plenitud la Edad de Hierro, la cultura ibérica es una de las más importantes de la Europa Occidental, situada al mismo nivel de desarrollo sociocultural que la cultura etrusca o la tracia. El mundo ibérico es sobre todo el resultado de la transformación del sustrato indígena orientalizante por el influjo de la aculturación colonial griega.

     Pese a la unidad cultural que evidencian, los íberos presentaban una gran diversidad tribal. En Murcia habitaron mastienos, deitanos, bastetanos y, sobre todo, contestanos. El mundo ibérico representa la culminación del proceso de urbanización de la sociedad peninsular que, con la romanización, quedara incorporado a los modelos imperantes en el Mediterráneo.

     Entre los numerosos yacimientos ibéricos de la Región destacan: Cabezo del Tío Pío (Archena), Los Villaricos (Caravaca), Los Nietos (Cartagena), Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla), Lorca, La Ciñuela (Mazarrón), Los Molinicos (Moratalla), la necrópolis de El Cigarralejo (Mula), El Cabecico del Tesoro y el Santuario de la Luz (Murcia). Estos restos nos indican la enorme importancia de la civilización ibérica: en este sentido llama la atención la enorme trascendencia de la mujer en la vida cotidiana; la religión por ellos prácticada; o su escritura, que hoy día todavía sigue siendo un misterio.

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FUENTES

  • EIROA GARCÍA, Jorge Juan: "Historia y Cultura". Región de Murcia. Murcia, 1999.

  • CUADRADO DÍAZ, Emeterio: Obra dispersa. Murcia, 2004.